La entrada azul para carruajes del Hôtel de Bourvallais, sede del Ministerio de Justicia, se abre con fuerza a la plaza Vendôme. El ataúd de Robert Badinter, cubierto con el manto fúnebre tricolor, sale de este recinto donde el abogado profesional, Guardián de los Sellos de 1981 a 1986, trabajó valientemente para abolir la pena de muerte. Su “mayor juicio”, subrayará el Presidente de la República. Reina un silencio impenetrable. Apenas se oye el eco de París, a lo lejos, inmerso en su agitación natural. Las plazas más opulentas de la capital no están acostumbradas a acoger una ceremonia de este tipo: es la primera vez que se rinde allí un homenaje nacional. Pronto, los tambores de la Guardia Republicana indican el ritmo de la marcha fúnebre. Una lluvia de aplausos, procedente de la multitud de personas anónimas reunidas al fondo de la plaza Vendôme, acoge calurosamente a este “gigante del siglo”, a quien Emmanuel Macron describirá en su discurso fúnebre como “la República hecha hombre”.
En un vibrante elogio que duró unos quince minutos, el Jefe de Estado pintó el retrato de un gran hombre al que Francia le debe mucho. El presidente concluyó su discurso anunciando su deseo de que Robert Badinter fuera panteonizado. “Comienza el tiempo del reconocimiento de la nación. Su nombre debe estar inscrito junto a aquellos que tanto han hecho por el progreso humano y por Francia: en el Panteón. Viva la República y viva Francia”, concluyó Emmanuel Macron, antes de rezar en silencio ante el ataúd del difunto. La familia de Robert Badinter estuvo de acuerdo en principio con esta panteonización. La ceremonia se llevará a cabo, pero aún no se han decidido los detalles.
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Evidentemente conmovido, el Presidente de la República se comprometió personalmente a continuar la lucha de Robert Badinter, "la conciencia moral que nada borra, ni siquiera la muerte". "Hoy prestamos juramento, hago el juramento, de ser fieles a su enseñanza y a su compromiso. Fiel. Y podrán escuchar nuestras voces cubrir las de los antisemitas, los negacionistas del Holocausto, como su voz cubrió las de ellos, reduciéndolos al silencio”, prometió Emmanuel Macron. Proveniente de una familia judía, Robert Badinter vio a su padre detenido por los nazis a la edad de 14 años, escapando él mismo por poco de la deportación. Desde entonces, la lucha contra el antisemitismo lo ha impulsado a lo largo de su vida, desde su poderoso homenaje durante el 50º aniversario de la redada de Vél' d'Hiv' hasta su lucha contra el negacionista ("falsificador de la historia", según sus palabras) Robert Faurison.
El Presidente de la República asumió este compromiso de perpetuar el legado de Robert Badinter “en un momento en el que vuestros viejos adversarios, el olvido y el odio, parecen avanzar de nuevo. Donde sus ideales, nuestros ideales, se ven amenazados: lo universal que hace que todas las vidas sean iguales, el estado de derecho que protege las vidas libres, la memoria que recuerda todas las vidas”. El único estallido auténticamente político en el discurso presidencial. La asamblea, compuesta en gran medida por funcionarios electos o ex electos, no tenía en ningún caso ánimo para la controversia política. Interrogados por los periodistas sobre la “polémica” mantenida por La Francia insumisa (LFI), que decidió enviar a dos cargos electos contra la voluntad de la familia Badinter, los representantes de la clase política no quisieron responder.
El diputado de la LFI, Éric Coquerel, acaba de explicar que estaba allí por “la memoria” de Robert Badinter, mostrando también su negativa a discutir. A su llegada, el compañero de viaje de Jean-Luc Mélenchon se sentó en silencio en medio de las gradas vacías, ofreciendo a las numerosas cámaras ocupadas en filmarlo la imagen de un hombre aislado. “Un pequeño momento de soledad para el camarada Coquerel”, se ríe un diputado de la mayoría, a pocos pasos de distancia. La filósofa Élisabeth Badinter, casada a los 22 años con el célebre abogado y con quien formó, en palabras de Emmanuel Macron, “una pareja en el siglo, unida por lo universal”, volvió a hablar recientemente, en una entrevista con Le Point, en 2022, contra una forma de “islamoizquierdismo” y el papel “enorme” que ha asumido LFI en el aumento del antisemitismo en Francia.
