“Este año la meta era tomar vacaciones a un menor costo”, explica Alexis, de 22 años, quien por eso decidió trabajar al mismo tiempo. Con un amigo van a ir a Normandía durante dos semanas donde han encontrado trabajo en un restaurante. “Buscamos en este sector la flexibilidad de horarios”, apunta. Los dos jóvenes encontraron fácilmente un establecimiento al borde del agua, "con un camping al lado" que les permitirá alojarse en una tienda de campaña, "otra vez para abaratar costes", mientras disfrutan del mar.
Como ellos, otros franceses son astutos para encontrar trucos y reducir la factura de sus vacaciones, especialmente en estos tiempos de inflación, al 5,3% anual en junio, según el INSEE. Este es el caso de Pauline y su esposo, quienes descubrieron la plataforma DriiveMe hace cinco años. El principio es simple, por 1 euro, los automovilistas tienen la posibilidad de llevar un vehículo de una ciudad a otra en 24 horas, y así prestar un servicio a las empresas de alquiler de coches. El combustible y los peajes son los únicos gastos a cargo del viajero. "El precio del tren es muy alto hoy, por lo que nos permite reducir nuestros costos", señala Pauline, antes de agregar que la familia también pudo "viajar en autos [que] no podían ofrecer", como "los SUV alemanes". ”.
Los franceses tendrán que apretarse el cinturón especialmente durante las vacaciones de este año. Según el barómetro de junio de OpinionWay, realizado para Atout France, "el 22% de [2.000 encuestados] dice que el presupuesto destinado a sus vacaciones de verano será inferior al del año pasado". Y el 60% del panel estará atento “a los gastos durante las vacaciones”, como restauración, ocio y alimentación. En otro barómetro de OpinionWay, realizado para Bonial, el 7% de los 1.000 encuestados “incluso hará compras de comida antes de irse de vacaciones” para, una vez más, reducir sus costes.
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Thomas ha adoptado esta estrategia durante varios años: "Limita los restaurantes, cocino más y organizo picnics". El hombre de 29 años multiplica las bazas, y sitúa sus vacaciones más bien “en junio o septiembre” para evitar los meses más turísticos. En cuanto al alojamiento, no duda en dormir en albergues juveniles, que son menos costosos que los hoteles o los Airbnbs. Para el transporte, prefiere compañías de bajo costo, como Ryanair, y cambia sus viajes durante la semana si puede.
Marie también se vio obligada a cambiar sus hábitos hace varios años. “En 2001 tenía un presupuesto de 3.000 euros para dos adultos y dos niños, por un periodo de cuatro semanas”, explica. A este precio, la familia iba cada año al camping Oasis en Puget-sur-Argens, en el Var. Pero con el aumento de precio, tuvo que reducir el número de días, de cuatro a dos semanas. "Hoy no vamos allí, en particular por el aumento del precio del combustible y de los peajes", lamenta Marie.
En 2019, decidió comprar una casa móvil en Baie de Somme, a una hora en coche de su casa: "Me permite disfrutarla todas las vacaciones, sin tener que pagar peajes". Pero es probable que la inflación vuelva a cambiar sus planes y su destino de vacaciones. Efectivamente, además del precio de compra de la casa móvil, la parcela en la que se ubica ha pasado de 2500 euros anuales a 3700 euros este año.
Como Marie, muchos franceses se quedarán en Francia este verano. Según Atout France, del 73% de las personas que se van de vacaciones, el 73% de ellas no cruzará las fronteras francesas. “Este año, una mayor proporción de franceses dice que el período estival será propicio para (re)descubrir su cultura regional”, analiza la organización. Por lo tanto, los turistas preferirán los productos locales, las visitas a museos y los sitios patrimoniales azules, blancos y rojos, que a veces no tienen nada que envidiar a sus homólogos extranjeros.
