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Cómo prepararse para el Camino de Santiago: presupuesto, condición física... Lo que debes saber

Año tras año, el éxito creciente del Camino de Santiago confirma el increíble atractivo de lo que es tanto una búsqueda espiritual como un momento de profunda desconexión.

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Cómo prepararse para el Camino de Santiago: presupuesto, condición física... Lo que debes saber

Año tras año, el éxito creciente del Camino de Santiago confirma el increíble atractivo de lo que es tanto una búsqueda espiritual como un momento de profunda desconexión. Esto es lo que necesitas saber si eres un futuro "Backgammon".

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La mejor época para coger el bastón de peregrino y hacer las rutas compostelanas va de abril a octubre. Durante estos siete meses, los caminos están despejados, los alojamientos y los restaurantes están abiertos: siempre encontrarás un lugar para dormir y comer.

A principios de primavera, en abril y principios de mayo, debes cuidar de adaptar tu bolso a los cambios de temperatura, llevando ropa ligera y otras más abrigadas. Se pueden favorecer los tramos más meridionales del Loira, como el valle del Célé, en el Lot, una variante de la vía Podiensis.

Junio ​​y septiembre se destacan como los dos meses más agradables para caminar, sin sufrir el calor: en junio, los días son los más largos, en el corazón de una naturaleza aún primaveral; en septiembre, una luz tenue ilumina un paisaje que empieza a tomar sus colores otoñales. La otra cara de la moneda, las aglomeraciones en determinadas porciones cobran importancia y las reservas deben ser anticipadas.

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Julio y agosto son un poco menos populares entre los peregrinos. Algunas áreas pueden tener temperaturas abrasadoras, como la meseta de Meseta en España. Es mejor partir al amanecer, incluso antes del amanecer.

Para aquellos que quieran hacer el viaje de una vez, salir a finales de abril o principios de mayo significa que pueden llegar a Santiago de Compostela antes de mediados de julio. Segunda opción: salir por ejemplo de Le Puy-en-Velay (Haute-Loire) a finales de agosto, atravesar Francia en septiembre y terminar el viaje en octubre en España.

Se recomienda entrenar un mes antes de la salida, caminando de una a dos horas al día, subiendo escaleras, haciendo ejercicios de cardio... De esta forma provocar un despertar muscular reducirá los dolores y el cansancio de los primeros días de un futuro sinhogarismo. Tener los pies doloridos también es uno de los grandes clásicos. La receta de Anne Decanter, farmacéutica de Châteauroux (Indre), ubicada en la ruta Vézelay: "comenzar a masajearlos un mes antes de la salida con la crema antifricción Nok o Akileine, para prevenir la formación de enrojecimiento y bombillas".

Los zapatos deben elegirse con cuidado. La agencia ViaCompostela recomienda modelos bajos o medianos con parte superior flexible (MID), media talla por encima de su talla habitual, para llevar en salidas cortas antes del Día D.

La mochila de 60 litros incluye correas de pecho y cintura que alivian los hombros. Su peso no debe ser más del 20% de su peso incluso menos idealmente. Entre los imprescindibles: tapones para los oídos para dormir bien, un gorro saludable en caso de ola de frío en altura, una linterna frontal... Los elementos que resulten no imprescindibles en el transcurso de tu viaje pueden ser enviados a casa por correo, algo habitual práctica.

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En una tienda de campaña, en una casa rural de paso, en un bed and breakfast, en un hotel o incluso en un palacio: todas estas opciones bordean los caminos de Santiago de Compostela. Las casas rurales de escala son el tipo de alojamiento más utilizado, con un 81 %, según un estudio realizado en 2021 por la Agence française des chemins de Compostelle*(1). Les siguen los bed and breakfast (30 %) y luego los lugares de acogida espiritual (19 %), como el Accueil des Pèlerins de l'Abbaye Sainte-Foy de Conques, en el Aveyron.

La acampada no es popular, debido a la escasez de establecimientos hoteleros al aire libre. Sobre todo porque la tienda pesa mucho más que la mochila... Así, Marie-Julie y Jocelyn, una pareja del norte que se había llevado una en su primer tramo, la dejaron en casa al año siguiente. Nunca lo habían usado. Si se practica, la acampada se hace más bien en modo salvaje: el 29% de los menores de 35 años eligen el vivac. En el lado español, los alojamientos se llaman albergues. No se reservan: los primeros en llegar eligen su cama...

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Y esa es la pregunta, en el lado francés: ¿debería reservar su habitación con anticipación o no? Todavía según el estudio de la Agence française des chemins de Compostelle, el 38% de los caminantes no dejan lugar a la improvisación, siendo cada etapa validada por el servicio entrante; mientras que el 33% reserva el día anterior para el día siguiente o incluso el mismo día. Nuestro consejo sería reservar al menos la primera noche. Entonces entra en juego la ruta... La oferta puede resultar problemática en los ejes más confidenciales. Por otro lado, si hay una elección vergonzosa en via Podiensis, las plazas son limitadas durante las horas punta. El truco de Eugenio, 46 ​​años: calcular desde el primer día una etapa más larga para encontrar un alojamiento menos concurrido, lógica que pasa a las noches siguientes.

También hay que tener en cuenta los temperamentos. Marie-Julie y Jocelyn lamentaron haber enmarcado demasiado su primer viaje. “Ya no teníamos latitud para dejarnos llevar por lo inesperado, según el deseo del momento, el consejo de otros peregrinos”, lamentan. Julien, un parisino de cuarenta y tantos años, elige día a día según su progreso, un buen hotelito o una bonita habitación de hotel en la aplicación Miam-Miam Dodo.

El presupuesto medio diario asciende a más de 45 euros en Francia, repartidos entre alojamiento (26 €), comida (15 €) y gastos varios (4 €) como souvenirs. Es un poco más bajo en el lado español. Muchos restaurantes ofrecen un menú de peregrinos, que ronda los diez euros, que incluye vino ilimitado. El almuerzo suele consistir en un picnic, en ocasiones preparado por el anfitrión por un precio medio de 8 euros.

Para las becas menos completas, algunos establecimientos, a menudo alojamientos cristianos, ofrecen la noche en donativo, una contribución gratuita a los gastos donde cada uno da según sus posibilidades. Esto no significa gratis. Una pista original en la que no gastar un centavo: las obras de arte - refugio creado en el marco de "Ventanas sobre el paisaje", proyecto iniciado por "Derrière le Hublot", refugio donde se puede pasar la noche con el riesgo de que el ya se han ocupado algunas camas, en Gréalou y Limogne-en-Quercy en el Lot (https://www.derrierelehublot.fr/oeuvre/pecten-maximus/). Por el contrario, los más afortunados pueden darse un capricho de vez en cuando, por ejemplo en el Parador frente a la catedral de Santiago de Compostela, el doble desde 192 euros.

*(1) Encuesta realizada de mayo a noviembre de 2021 mediante cuestionarios distribuidos online o sobre el terreno en unos 500 lugares repartidos por todos los Caminos de Compostela en Francia. De los 3640 testimonios recogidos, se conservaron 3565

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