La principal opositora venezolana, María Corina Machado, inhabilitada por el gobierno, se desmarcó de la única candidatura de un peso pesado de la oposición aceptada por el Consejo Nacional Electoral (CNE) para enfrentar al presidente saliente Nicolás Maduro el 28 de julio, acusando al gobierno de haber “ elegido” a sus rivales.
"Lo que denunciamos durante muchos meses finalmente ha sucedido: el régimen ha elegido a sus candidatos", declaró el martes Machado, que había ganado cómodamente las primarias de la oposición y parecía capaz de reunir detrás de ella a todos los miembros de una oposición a menudo dividida en pasado.
Inelegible, acusada por el gobierno de corrupción y de apoyar una invasión extranjera -lo que ella siempre ha negado-, Machado había elegido para sustituirla a Corina Yoris, una filósofa académica desconocida en la política, de 80 años. Sin embargo, la coalición opositora Plataforma Unitaria Democrática (PUD) no logró registrarla en el sitio web del CNE antes de que venciera el plazo para la presentación de candidaturas el lunes a la medianoche. Muchos observadores y opositores creen que el CNE, a menudo acusado de estar a instancias de quienes estaban en el poder, bloqueó deliberadamente la candidatura de Corina Yoris.
Brasil y Colombia expresaron este martes su "preocupación" por la evolución del proceso electoral venezolano, mientras que el ministro de Asuntos Exteriores uruguayo, Omar Paganini, consideró que Venezuela se está "consolidando como una dictadura". La Casa Blanca dijo que estaba “muy preocupada” por el bloqueo de la candidatura de Yoris. “Mi candidata es Corina Yoris”, insistió Machado el martes. “Nadie nos va a sacar del camino electoral. Lucharemos hasta el final”. “Hay decepciones profundas, mucho enfado. El país tiene derecho a saber toda la verdad: el PUD no estaba autorizado a registrar a la doctora Corina Yoris”, agregó.
Un veterano en política, Manuel Rosales, de 71 años, ya candidato contra Hugo Chávez en 2006 y gobernador del estado petrolero de Zulia (noroeste), pudo inscribirse antes del cierre de candidaturas. Pero está lejos de ser unánime en la oposición, donde es criticado por sus contactos regulares con Maduro desde que volvió a ser gobernador en 2021.
La señora Machado siempre se mantuvo alejada de él, pero el señor Rosales apoyó la línea defendida por la señora Machado antes de jugar su carta personal en las últimas horas, registrándose en el último minuto. “Tuve que tomar una decisión: si abrir un espacio para que los venezolanos votaran o abstenerme y hacer que Maduro permanezca en el cargo por seis años más”, dijo Rosales en una conferencia de prensa posterior a la de Machado.
“Ha habido muchos obstáculos pero no queda otra alternativa: sólo la vía electoral. No estoy aquí para quitarle el liderazgo a nadie. Vengo con los brazos abiertos”, añadió, sin descartar un acercamiento con Machado. "Demostró que era un hombre muy pragmático, que sabe adaptarse a las circunstancias y que nunca duda en negociar", afirmó la analista política María Alexandra Semprún.
En el lado del poder, todo es simple. Maduro, quien sucedió a su mentor Hugo Chávez (1999-2013) tras su muerte en 2013, buscará un tercer mandato de seis años. Toda la maquinaria del Estado y del chavismo ya está en marcha. “Les juro, por mi madre, por mi padre, por la Santísima Trinidad, que el 28 de julio, día del cumpleaños 70 del Comandante Chávez, los venceremos nuevamente”, declaró Maduro el lunes mientras presentaba su candidatura en presencia de de miles de seguidores.
Nicolás Maduro, de 61 años, es el heredero del “chavismo” de un “socialismo del siglo XXI” basado en la nacionalización, una fuerte presencia del Estado y el aparato militar. Más de 60 países, incluido Estados Unidos, no reconocieron su reelección en 2018, boicoteada por la oposición. Este no reconocimiento dio lugar a sanciones económicas dirigidas en particular al sector petrolero del país.
En cualquier caso, el Gobierno puede frotarse las manos con las divisiones de la oposición antes de la votación a única vuelta. Para el politólogo Yoel Lugo, “el peor escenario para la oposición es mantener el tono de tensión interna que, con división y desmoralización, es la ecuación perfecta para la desmovilización de la oposición. Ésta es precisamente la estrategia que permite a Nicolás Maduro mantenerse en el poder”.
