Chinos y estadounidenses reanudan el martes sus conversaciones en Pekín para luchar mejor contra la producción de componentes del fentanilo, una droga que está causando estragos en Estados Unidos y de la que Washington culpa a Pekín. Una delegación estadounidense encabezada por la asesora adjunta de Seguridad Nacional, Jen Daskal, fue recibida en el complejo Diaoyutai en Beijing, donde se encuentran funcionarios extranjeros, por Wang Xiaohong, Ministro de Seguridad Pública de China.
“Las drogas sintéticas están matando a miles de personas”, dijo Jen Daskal a su interlocutor, según un vídeo de la reunión. "Llego de Washington con una delegación de muy alto nivel, lo que demuestra el enfoque estadounidense, que consiste en involucrar a todo el gobierno, para afrontar el desafío global que plantean los narcóticos ilegales", afirmó.
Por su parte, Wang Xiaohong afirmó que la creación de este grupo de trabajo bilateral sobre la lucha contra las drogas representaba un acuerdo "importante" al que los presidentes chino, Xi Jinping, y estadounidense, Joe Biden, habían llegado durante su reunión de noviembre. "Nuestra cooperación demuestra una vez más que las relaciones entre China y Estados Unidos se benefician de la cooperación y no tienen nada que ganar con la confrontación", subrayó.
Las conversaciones de trabajo entre China y Estados Unidos el martes fueron “profundas” y “pragmáticas”, según el ministro de seguridad pública de China. Wang dijo que esperaba que en futuras reuniones las dos partes "tengan en cuenta las preocupaciones mutuas para fortalecer y ampliar la cooperación y proporcionar más energía positiva para unas relaciones estables, saludables y duraderas entre China y Estados Unidos". Washington quiere que Beijing tome medidas más duras contra las empresas que exportan ilegalmente precursores químicos de fentanilo y reduzca la financiación para este comercio.
El diálogo sobre el tema se ha estancado en los últimos años, en un contexto de deterioro de las relaciones bilaterales. Estados Unidos, que acusa a China de no hacer lo suficiente para combatir el comercio ilegal de productos de fentanilo, sancionó a varias entidades chinas en octubre.
Desde la cumbre Xi-Biden de noviembre en Estados Unidos, las cosas han cambiado. China cerró un negocio, bloqueó algunos pagos internacionales y reanudó el intercambio de información sobre entregas y tráfico, dijo la semana pasada un alto funcionario estadounidense bajo condición de anonimato. Beijing también dijo que había intensificado sus campañas contra el contrabando, la fabricación ilícita y el tráfico de sustancias relacionadas con el fentanilo.
China, cuyas leyes antidrogas se encuentran entre las más estrictas del mundo, ha criticado repetidamente la supuesta laxitud estadounidense en la lucha contra los narcóticos, así como la falta de conciencia pública sobre la peligrosidad de los opiáceos sintéticos.
El fentanilo no es necesariamente ilegal y puede utilizarse en el campo médico como sedante, por ejemplo para pacientes con cáncer que sufren mucho dolor. Pero su uso puede desviarse. Según Washington, el fentanilo, producido a menudo en México con compuestos químicos, especialmente procedentes de China, causa unas 100.000 muertes por sobredosis cada año en suelo estadounidense.
