En Tel Aviv
Sólo quedan unos pocos cientos de soldados sobre el terreno en la Franja de Gaza, mientras que en el momento álgido de las operaciones su número había aumentado a entre 30.000 y 40.000 hombres. La única unidad que queda está desplegada a lo largo de un “corredor” que divide la Franja de Gaza en dos, de este a oeste, para impedir que cientos de miles de palestinos que han huido del norte del enclave desde el inicio de la guerra regresen a sus hogares. El redespliegue de fuerzas no implica explícitamente que el gobierno de Benjamín Netanyahu haya renunciado a lanzar un ataque en toda regla en Rafah, en el sur. "Estamos a un paso de la victoria", declaró el domingo el primer ministro, antes de precisar: "No habrá alto el fuego sin el regreso de los rehenes".
Estados Unidos y los europeos han intensificado en las últimas semanas sus advertencias contra una operación a gran escala en Rafah, planteando el espectro de una catástrofe humanitaria en una zona donde más de un millón de palestinos se han refugiado en las condiciones más precarias.
En este sentido, responsables militares israelíes insistieron en que la retirada de las tropas del sur de Gaza no estaba en modo alguno vinculada a la presión ejercida por Joe Biden la semana pasada durante una entrevista presentada como muy tensa con Benjamín Netanyahu. Por su parte, Hamás reaccionó al anuncio israelí disparando cinco cohetes desde Khan Younes hacia el sur de Israel, que no causaron daños ni víctimas.
En otro frente, la situación amenaza con degenerar en cualquier momento. Un funcionario iraní dijo el domingo que las embajadas israelíes son objetivos legítimos tras la eliminación en Damasco del general Mohammad Reza Zahedi, un alto miembro de la Guardia Revolucionaria, así como de varios otros altos oficiales. La amenaza se toma muy en serio. Las representaciones israelíes en todo el mundo han sido puestas en alerta máxima y se ha instado a los diplomáticos a cuidar sus espaldas.
Yoav Gallant, Ministro de Defensa, intentó calmar a la población tras las informaciones, en particular procedentes de Estados Unidos, según las cuales Irán podría lanzar drones de largo alcance o misiles de crucero directamente desde su territorio hacia Israel, sin cargar contra sus aliados, como como el Hezbollah libanés, con este tipo de ataques. "Hemos acelerado los preparativos para estar preparados para reaccionar ante cualquier escenario al que se enfrente Irán", aseguró el ministro. La semana pasada, el ejército bloqueó el acceso al sistema GPS utilizado para aplicaciones destinadas a guiar a los automovilistas. Objetivo: despistar la orientación de posibles misiles iraníes. Las FDI también retiraron a los reservistas que prestaban servicio en la defensa aérea.
