Cientos de estudiantes de la provincia de Aceh, en el oeste de Indonesia, invadieron el miércoles 27 de diciembre un refugio que albergaba temporalmente a más de un centenar de refugiados rohingya, a los que obligaron a huir, constató la AFP.
Se trata del último incidente relacionado con la hostilidad de la población local hacia estos refugiados, miembros de la minoría musulmana apátrida rohingya, perseguida en Birmania.
Desde mediados de noviembre, más de 1.500 refugiados rohingya han huido de sus precarios campos en Bangladesh para llegar a la provincia de Aceh por mar, en embarcaciones improvisadas. Se trata del mayor movimiento de migración rohingya a Indonesia desde 2015, según Naciones Unidas. Después de su peligrosa travesía, estos refugiados se enfrentan a un nuevo obstáculo: la hostilidad hacia ellos por parte de la población local.
Los estudiantes, muchos de ellos vestidos con chaquetas con las insignias de varias universidades, entraron en un edificio gubernamental donde se alojaban 137 refugiados rohingya en Banda Aceh para exigir su traslado a una oficina de inmigración local con vistas a su deportación. Gritando “fuera” y “no rohingya en Aceh”, los estudiantes patearon las pertenencias de los refugiados, según imágenes filmadas en el lugar. Los manifestantes también se enfrentaron a la policía, que protegió a los asustados refugiados antes de permitir que los estudiantes se los llevaran, constató en el lugar un periodista de la AFP.
Los estudiantes quemaron neumáticos y trajeron camiones para llevarse a los rohingya, a quienes la policía ayudó a trasladar a otro sitio gubernamental cercano. Los agentes de policía de Banda Aceh no respondieron a una solicitud de comentarios de la AFP. "Nos manifestamos porque no estamos de acuerdo con que los rohingya sigan llegando", dijo a la AFP Kholilullah, un estudiante de 23 años que, como muchos indonesios, sólo tiene un nombre.
En la provincia de Aceh, muchos residentes, que a menudo recuerdan las décadas de conflicto entre los separatistas locales y el ejército indonesio hasta principios de la década de 2000, simpatizan con sus correligionarios. Pero otros acusan a los rohingya de apropiarse de recursos que ya son escasos y, en ocasiones, de pelear con la población local. "La gente de Aceh solía recibirlos bien, pero, como sabemos, hay traficantes que traen a los rohingya a Aceh", dijo otro estudiante, Muhammad Khalis.
Indonesia no es signataria de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Refugiados y dice que no está obligada a acoger a estos refugiados, estigmatizando a los países vecinos que les han cerrado sus puertas.
