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“Funflación”, este fenómeno inesperado que lleva a gastar cantidades increíbles de dinero para divertirse

Después de la inflación, la “shrinkflation” o incluso la “cheapflation”, ha aparecido un nuevo neologismo en Estados Unidos, en el contexto de la triunfal gira mundial de Taylor Swift.

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“Funflación”, este fenómeno inesperado que lleva a gastar cantidades increíbles de dinero para divertirse

Después de la inflación, la “shrinkflation” o incluso la “cheapflation”, ha aparecido un nuevo neologismo en Estados Unidos, en el contexto de la triunfal gira mundial de Taylor Swift. Esto es “funflación”, una contracción de las palabras “diversión” (placer, diversión) e inflación. O la propensión de los consumidores a pagar el precio por disfrutar de entretenimiento en vivo (conciertos, eventos deportivos, etc.) o actividades de ocio (parques de atracciones, etc.). En definitiva, para divertirse. Con la consecuencia de provocar que los precios de las entradas se disparen.

Recientemente, fue la presidenta de Best Buy, un gigante estadounidense de equipos electrónicos, quien atribuyó a este fenómeno la caída de las ventas de su empresa. “Ahora la gente prioriza dos cosas: lo básico, que es comida, combustible y refugio. (...) Y priorizan la diversión”, afirmó Corie Barry durante un evento organizado por la revista Fortune, utilizando el término “funflación”. Y cita el ejemplo de la gira “The Eras Tour” de la estrella internacional Taylor Swift, cuyas entradas se agotan y cuestan una media de varios cientos de dólares al otro lado del Atlántico, o incluso 1.000 dólares en las plataformas de reventa. “Estas experiencias son realmente aquellas por las que la gente está dispuesta a pagar. Lo que significa que actualmente la gente no está interesada en los productos electrónicos más caros”.

Corie Barry no es la afortunada inventora del término “funflación”. En los últimos meses, en Estados Unidos, las mayores instituciones financieras del país se han centrado en este fenómeno inesperado: a pesar de una inflación galopante que obliga a los hogares a recortar sus presupuestos, siguen gastando caro en experiencias ciertamente divertidas, pero caras. Bank of America incluso publicó una nota dedicada a la “funflación” en septiembre pasado. "Todo lo que está vivo, todo lo que es experiencial hace que los precios se disparen", dijo Jessica Reif Ehrlich, una de las autoras, al Wall Street Journal.

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El aumento de los precios es especialmente visible en el caso de los conciertos. El precio medio de las entradas para las giras por América del Norte alcanzó este verano los 120,11 dólares, un aumento del 7,4% respecto al año pasado y del 27% respecto a 2019, según la publicación especializada Pollstar. Según el Wall Street Journal, los ejecutivos de la industria musical atribuyen este aumento al poder de marketing de las redes sociales y a la globalización de la música pop a través del streaming. Las giras récord de Taylor Swift y Beyoncé también tienen algo que ver. El mismo fenómeno ascendente se observa en los parques de atracciones o zoológicos tipo Disney, incluidos los partidos de fútbol de la primera división estadounidense, donde ahora juega la estrella argentina Lionel Messi. Un comportamiento de preferencia por experiencias divertidas que algunos observadores atribuyen a la crisis del Covid, que privó a los consumidores de este tipo de eventos durante muchos meses. Algunos llaman a este fenómeno “la economía YOLO”, acrónimo en inglés de la frase “Sólo se vive una vez”, otros la expresión “gasto de venganza”.

Por el momento, el fenómeno no parece haber afectado a Francia. “Probablemente sea demasiado bajo para poder medirlo en la población general”, se limita a decir Crédoc (Centro de investigación para el estudio y la observación de las condiciones de vida). En el sector de la música, si bien recientemente algunos fans se han enfadado por los precios a veces exorbitantes de algunos conciertos (Madonna, Beyoncé, The Weeknd...), un estudio realizado por la empresa PMP Strategy para Prodiss - el sindicato nacional de la música y programa de variedades-, publicado en junio, pone estos precios en perspectiva. Destaca que “entre 2019 y 2023, los precios de las entradas de conciertos a las tarifas más bajas se han mantenido en general por debajo del nivel de inflación en Francia”. "Sólo los precios más altos para entradas de conciertos, arenas y estadios de gran tamaño fueron más elevados", añade. En comparación con los mercados internacionales, “los precios de las entradas en Francia siguen siendo generalmente más bajos que en otros países cuando analizamos las fechas de una misma gira internacional en varios países”, señala también el estudio.

Y esto, incluso si los cambios en el comportamiento de los consumidores no perdonan a Francia. “Lo que buscan los jóvenes hoy es más vivir experiencias. Su desarrollo personal se produce más a través de esto que a través del consumo de bienes”, analiza el economista Philippe Moati, cofundador del ObSoCo (Observatorio de la Sociedad y el Consumo). Pero Francia, por ejemplo, no vivió una situación similar a la de Suecia tras los conciertos de Beyoncé en Estocolmo el pasado mes de mayo. El economista jefe de uno de los principales bancos suecos, Danske Bank, estimó que el paso de la “Reina B” en el país había lastrado las cifras de inflación del mes de mayo, y los hoteles aprovecharon para aumentar sus precios.

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