Al menos quince fieles murieron y dos resultaron heridos este domingo 25 de febrero durante un “ataque terrorista” perpetrado contra una iglesia católica en el pueblo de Essakane, en el norte de Burkina Faso, anunció el vicario general de la diócesis de Dori. Padre Jean-Pierre Sawadogo. "Llamamos su atención sobre el ataque terrorista sufrido por la comunidad católica de Essakane-Village, mientras se encontraban reunidas para la oración del domingo", escribió el vicario general en un comunicado enviado a la AFP.
"El informe provisional arroja quince fieles asesinados", escribió: "12 en el lugar y 3 fallecidos en el CSPS (Centro de Promoción Social y Sanitaria)" a consecuencia de "sus heridas", precisó. La valoración del vicario general incluye también "dos heridos". Jean-Pierre Sawadogo dice que quiere “paz y seguridad” en Burkina, castigando a “quienes continúan sembrando muerte y desolación en nuestro país”.
Desde 2015, Burkina Faso se enfrenta a una violencia yihadista atribuida a movimientos armados afiliados a Al Qaeda y al grupo Estado Islámico, que ha dejado casi 20.000 muertos y más de dos millones de desplazados internos. Estos ataques en ocasiones han tenido como objetivo iglesias en este país, donde también han aumentado los secuestros de clérigos cristianos.
En febrero de 2020, 24 personas murieron y 18 resultaron heridas en un ataque a una iglesia protestante en el pueblo de Pansi, en el norte del país. En diciembre de 2019, catorce fieles, entre ellos niños, murieron durante un ataque a una iglesia protestante en Hantoukoura, en el este de Burkina.
En mayo de 2019, cuatro fieles fueron asesinados durante un ataque a una iglesia católica en Toulfé, también en el norte del país. A principios de ese mismo mes, seis personas, entre ellas un sacerdote, murieron en un ataque dirigido a una iglesia católica en el norte, en Dablo. En abril de 2019, cinco personas murieron durante el ataque a la iglesia protestante de Silgadji, en el norte.
El pueblo de Ekassane está situado en la llamada zona de las “tres fronteras”, en los límites de Burkina, Mali y Níger, un escondite de grupos yihadistas. En estos tres países, todos ellos enfrentados a una violencia yihadista recurrente y mortal, los gobiernos civiles han sido derrocados por sucesivos golpes militares desde 2020.
