"¡Hasta los tomates necesitan vacaciones!" Con un toque de humor, la cadena de comida rápida Burger King advierte a sus clientes indios de la desaparición del tomate en las hamburguesas a mediados de agosto, "debido a condiciones impredecibles de calidad y suministro". Los carteles, desplegados en los restaurantes de la marca, aseguran que la empresa está haciendo "[su] mejor esfuerzo para reintegrar los tomates en [sus] hamburguesas".
En India, el tomate se ha convertido en los últimos meses en un producto de lujo. Las intensas lluvias de un monzón excepcional han interrumpido los cultivos y la cadena de suministro, provocando que el precio de los tomates se dispare un 450 % en un año. “Los tomates ahora cuestan más que la gasolina”, señaló Time a fines de julio.
Antes de Burger King, otros gigantes del sector de la comida rápida ya habían decidido eliminar el tomate de sus productos. McDonald's citó "problemas estacionales" cuando Subway señaló "problemas de calidad". Para aliviar la presión sobre los precios, el gobierno indio ha levantado las restricciones a la importación de tomates del vecino Nepal.
Si el tomate se ha convertido en un producto de lujo, son todos los productos alimenticios los que se enfrentan a una inflación generalizada en el país. El precio de las verduras ha subido un 37% en un año según Reuters. A finales de julio, India prohibió la exportación de arroz blanco no basmati para asegurar el abastecimiento de su población ante las malas cosechas y el aumento de los precios.
Los lácteos no se salvan: Subway, por ejemplo, ha dejado de ofrecer las lonchas de queso que ofrecía gratis en sus bocadillos en India durante años y las ha sustituido por una “salsa de queso” que cuesta el doble. Con tanta presión sobre su margen, los restaurantes tendrán dificultades para mantener sus precios. La inflación también es un desafío para el gobierno del primer ministro Narendra Modi, a menos de un año de las elecciones de 2024.
