El autoritario presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliev, en el poder desde hace dos décadas y coronado por su éxito militar en Nagorno-Karabaj, fue reelegido el miércoles sin sorpresa para un quinto mandato, con más del 90% de los votos según resultados parciales.
Ilham Aliev, de 62 años, que heredó el poder tras la muerte de su padre en 2003, obtuvo el 92,1% de los votos al final de una votación en la que la oposición estuvo ausente, según estos resultados parciales que cubren el 54,5% de los colegios electorales. Miles de partidarios del presidente celebraron la victoria el miércoles por la tarde en las calles de la capital, Bakú.
La participación fue del 67,7%, según informó en una conferencia de prensa el jefe de la Comisión Electoral Central, Mazajir Panajov. Los votantes pudieron elegir entre siete candidatos, incluido Ilham Aliev. Pero ninguna de las otras personalidades representó una alternativa y "todos apoyaron al presidente en el pasado reciente", señaló la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).
Durante la campaña, algunos incluso elogiaron a Ilham Aliev, quien “cumplió todas sus promesas”. Los verdaderos partidos de la oposición, aplastados por años de represión, boicotearon estas elecciones calificadas de “farsa”, al igual que las anteriores elecciones presidenciales de 2018.
Ilham Aliev disfruta de su victoria militar contra los separatistas armenios de Nagorno-Karabaj en septiembre de 2023, que puso fin a tres décadas de secesionismo marcadas por dos guerras. El hombre fuerte de Bakú puede, pues, presumir de haber “reunificado” su país, misión que se había propuesto.
En un gesto simbólico, el presidente Aliev y su familia introdujeron sus votos en las urnas de Khankendi, la principal ciudad de Nagorno-Karabaj, llamada Stepanakert por los armenios. Los colegios electorales azerbaiyanos se abrieron allí por primera vez desde la caída de la Unión Soviética, lo que dio a la votación un carácter “histórico”, afirmó el jefe de la Comisión Electoral Central.
En un colegio electoral en Bakú, la capital, Chatalia Abbassova, una jubilada de 68 años, dijo que votó por el presidente saliente porque él "realizó nuestro sueño: liberó los territorios ocupados". En enero, Ilham Aliev explicó que había convocado estas elecciones anticipadas, inicialmente previstas para 2025, para celebrar el inicio de una “nueva era” tras la exitosa operación militar.
“Sé que muchos votarán hoy por Aliyev, porque liberó Karabaj. Se lo agradezco, pero en el país hay problemas fundamentales que aún no se han resuelto”, afirmó otro habitante de Bakú, Ismet Baguirov. Este especialista en informática de 32 años afirmó que había decidido no votar “porque no hay candidatos alternativos” a Ilam Aliev.
Para la analista política Ghia Nodia, “no hubo suspenso en estas elecciones sin el más mínimo rastro de competencia”. Ilham Aliev obtiene resultados abrumadores: el 86% de los votos en 2018 y casi el 89% en 2008, su récord. Sin embargo, estas elecciones siguen siendo denunciadas por los observadores internacionales. En 2018, los miembros de la OSCE denunciaron “graves irregularidades”.
Azerbaiyán, una antigua república soviética de unos diez millones de habitantes, también está acostumbrado a ocupar los últimos puestos en las clasificaciones de los grupos de derechos humanos. La organización estadounidense de promoción de la democracia Freedom House la clasifica entre “los peores de los peores” en términos de libertades civiles.
Las ONG denuncian la represión de la oposición, torturas en las cárceles y detenciones arbitrarias, acusaciones rechazadas por las autoridades. En los últimos meses, una decena de periodistas han sido detenidos en relación con casos judiciales que sus partidarios consideran inventados.
Ilham Aliev también está acusado de aprovecharse de la riqueza en hidrocarburos del país para enriquecer a su clan, algo que él cuestiona. Nombró a su esposa, Mehriban Alieva, vicepresidenta y su hijo podría sucederle algún día.
