Gracias a su armada de fabricantes de vehículos eléctricos, China destronó a Japón como principal exportador de automóviles del mundo el año pasado, según confirman los datos publicados el miércoles por la Asociación de Fabricantes de Automóviles de Japón (Jama). Los fabricantes japoneses exportaron 4,42 millones de automóviles, camiones y autobuses en 2023 (16%), según Jama. Las exportaciones de automóviles chinos representaron el año pasado 4,91 millones de unidades (57,9%) según la Asociación China de Fabricantes de Automóviles (CAAM), o incluso 5,22 millones de unidades según las aduanas chinas (57%), según datos publicados a principios de este mes. La conquista de este título por parte de China en detrimento de Japón se avecinaba desde hacía varios meses. Japón fue el mayor exportador de automóviles del mundo desde 2017.
Sin embargo, hay que poner en perspectiva la importancia de este cambio, porque los fabricantes japoneses producen el doble de vehículos en sus fábricas en el extranjero (17 millones de unidades en 2022) que en el archipiélago japonés. Mientras que los fabricantes chinos todavía tienen pocas fábricas en el extranjero. Esta tendencia debería evolucionar: el campeón chino de coches eléctricos BYD, que se convirtió en el número uno mundial en vehículos eléctricos por delante del estadounidense Tesla en el cuarto trimestre de 2023, está desarrollando rápidamente su producción también en el extranjero. BYD, por ejemplo, anunció a finales de diciembre la construcción de una fábrica en Hungría para apuntar al mercado europeo, y también tiene proyectos similares en otros lugares del mundo, desde el Sudeste Asiático hasta Brasil.
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La Comisión Europea abrió el pasado septiembre una investigación sobre supuestas subvenciones ilegales de Pekín a los fabricantes eléctricos chinos, acusada de competencia desleal por parte de la industria automovilística europea. El espectacular aumento de las exportaciones de automóviles chinos "conduce a tensiones comerciales" que recuerdan a las de los países occidentales con Japón en los años 1980, comentó hace unos meses el analista de CLSA Christopher Richter.
Además, la situación actual de la industria automovilística china no es sostenible a medio plazo, porque sus fabricantes se verán obligados a producir masivamente en sus mercados extranjeros, como hicieron los japoneses desde los años 1980, según él.
