"Falsos intercambios" de jugadores a precios considerados sobrevalorados, pero un verdadero truco contable para limpiar los balances en rojo: la Juventus fue sancionada el viernes por haber utilizado una práctica a veces equiparada al "dopaje" financiero.
En el centro del procedimiento iniciado por la justicia deportiva, que resultó en una sanción de quince puntos contra los bianconeri, se encuentra una práctica -legal- que se ha generalizado durante varios años: los "falsos intercambios", es decir, la venta cruzada de jugadores entre dos clubes, con poco o ningún dinero realmente pagado.
¿Un ejemplo destacado? Los traspasos simultáneos de Arthur y Miralem Pjanic entre FC Barcelona y Juventus en 2020. A pesar de los altos precios mostrados (72 millones de euros para el brasileño, 60 millones de euros para el bosnio), había circulado poco dinero. Pero el efecto en las cuentas había sido inmediato, gracias a la noción de plusvalía.
Durante una transferencia, el costo de compra del jugador se distribuye en forma de amortización durante la duración de su contrato. Pero cualquier ganancia de capital en venta se registra inmediatamente en las cuentas. Con Pjanic, la Juventus registró así una plusvalía de 43 millones de euros, la segunda mayor de su historia.
La Juve multiplicó estas operaciones, sobre todo tras la llegada al club de Cristiano Ronaldo, que hizo estallar su nómina y exigió nuevos ingresos.
Muchos observadores habían señalado el abuso de este "sistema" durante varios años, con precios de venta no siempre relacionados con el estatus de los jugadores.
Se trata incluso de “dopaje financiero, alterando el equilibrio de la ventana de fichajes y distorsionando así las competiciones”, había estimado a finales de 2021 en el Corriere dello Sport el abogado Salvatore Scarfone.
Pero legalmente, "la dificultad siempre ha sido probar la intención dolosa en la inflación de la valoración" de un jugador, recuerda este experto.
La Juve y otros diez clubes italianos habían sido así absueltos la primavera pasada por la justicia deportiva, ante la ausencia de criterios objetivos para fijar el valor de un jugador durante una venta. Pero el Tribunal de Apelación de la Federación Italiana falló el viernes de manera diferente con respecto a la Juve, en particular basándose en los elementos proporcionados por la fiscalía de Turín, que ella misma abrió una investigación sobre las cuentas del club bianconero.
