Portugal dejará de conceder exenciones fiscales a los jubilados extranjeros a partir de 2024, ya que esto contribuiría a hacer subir los precios de las propiedades en medio de una crisis inmobiliaria, anunció el primer ministro Antonio Costa. "Mantener una medida así en el futuro equivaldría a prolongar una medida de injusticia fiscal que no está justificada, y entonces sería una forma indirecta de seguir aumentando los precios en el mercado inmobiliario", afirmó el jefe del Gobierno socialista en un comunicado. entrevista concedida el lunes por la noche a la televisión CNN Portugal, precisando que las exenciones ya concedidas seguirán en vigor.
Creada en 2009 para los extranjeros que viven al menos la mitad del año en Portugal, esta exención concedida durante diez años fue total hasta 2020. Desde entonces, los recién llegados pueden beneficiarse de un tipo impositivo reducido del 10%. La medida, que se hizo verdaderamente efectiva tras una simplificación del procedimiento en 2012, tenía como objetivo atraer capital extranjero a este país, entonces duramente golpeado por la crisis de la deuda. Benefició a unas 10.000 personas, en su mayoría jubilados franceses, británicos o italianos, que se instalaron principalmente en la región de Lisboa o en las localidades costeras del Algarve (sur) y que, de hecho, contribuyeron en gran medida a la recuperación del mercado inmobiliario.
Al igual que las “visas doradas” concedidas a inversores ricos de países fuera de la Unión Europea o el régimen fiscal destinado a atraer a los “nómadas digitales”, el sistema se citaba periódicamente entre los factores que explicaban el aumento de los precios inmobiliarios. Entre 2012 y 2021, el coste de la vivienda aumentó un 78% en Portugal, frente al 35% en el conjunto de la Unión Europea, según un estudio de la Fundación portuguesa Francisco Manuel dos Santos. En el segundo trimestre de 2023, el alquiler medio aumentó otro 11% interanual, según datos oficiales publicados la semana pasada.
En este contexto, miles de portugueses salieron el sábado a las calles de Lisboa y de una veintena de ciudades más del país para exigir una acción más firme del gobierno. "No escondo una cierta frustración, por no decir una gran frustración, al constatar que la realidad era mucho más dinámica que la capacidad de respuesta política", admitió el primer ministro en la entrevista del lunes por la tarde. Su ejecutivo adoptó recientemente una serie de medidas destinadas a frenar los precios inmobiliarios que prevén, en particular, el fin de los "visados dorados" o el alquiler obligatorio de apartamentos desocupados desde hace más de dos años en las regiones más pobladas. Y, para ayudar a casi un millón de familias, el gobierno decidió la semana pasada permitir a los prestatarios beneficiarse de un tipo reducido durante dos años.
