En Italia, viajar con un perro está menos mal visto porque nuestros propios vecinos transalpinos aman a los caninos: el 56% de los italianos tienen al menos un perro, y el país es un verdadero paraíso para nuestros amigos de 4 patas. Que, sin embargo, no están permitidos en todas partes, empezando por los museos. En Venecia, puede que hayamos encontrado el compromiso adecuado, con un servicio de cuidado de perros de pago, que formaría parte de la tendencia de una economía turística muy complaciente: hoteles pet-friendly, playas dedicadas a los perros y sus amos, e incluso... heladerías caninas.
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De hecho, la Fondazione MUVE, que gestiona los once museos municipales de la Serenissima (Palacio Ducal, Museo Correr, Museo Arqueológico, Biblioteca Marciana), se ha asociado con la empresa BauAdvisor - bau que significa "guau" en italiano - para ofrecer a los visitantes este servicio. .
Para aprovecharlo, debe reservar una franja horaria específica (día, hora y museo de su elección). Un operario se hará cargo del animal a la entrada del recinto, y lo paseará por el barrio, por un precio de 10€ la hora.
La acción de la fundación no es totalmente desinteresada ya que una parte importante de los dueños de perros abandonaría las exposiciones por su animal.
Pero con el precio de la entrada al Museo Correr de la Plaza de San Marcos fijado ahora en 30€ (25€ si se reserva con un mes de antelación), uno se pregunta si realmente la falta de servicio fue el único obstáculo para la visita.
