Eliminado en la fase de grupos de la Copa de Campeones con cuatro derrotas en otros tantos partidos, el Bordeaux-Bègles decepcionó a su afición pero también a su entrenador Julien Laïrle, que se hizo cargo del equipo junto a Frédéric Charrier desde la destitución de Christophe Urios. “Hablamos de una temporada que no sería una temporada de transición. Está claro que en la Copa de Europa no logramos cumplir con los compromisos, es un problema. Tendremos que hacer un balance. No tiene por qué ser un alto, pero hoy es un disparo de advertencia. Habrá que hacer balance de esta Copa de Europa y ver cómo queremos organizar el resto. (…) Tenemos que cuestionarnos porque nuestras semanas y nuestro entrenamiento necesitan ser mejores. Vemos que hoy, individualmente, no estamos en la cita de esta Copa de Europa…”
Y lamentar de paso la flagrante falta de disciplina de sus jugadores. "Es catastrófico. Sacamos siete cartas en tres partidos. Pero es una señal de que con el tiempo, todos piensan en sí mismos. Cuando cometes tantos errores estúpidos es porque no estás pensando en el equipo. Entonces, ¿es una falta de enfoque, una falta de determinación? No sé, no estoy en la mente de los jugadores y menos en el campo. Hay que hacer balance, decir las cosas como son, nos vemos el lunes con los dirigentes.