"Pegué un golpe de derecha a cambio del servicio, al comienzo del segundo set, y después, por momentos, ya no podía sostener la raqueta", dijo el estadounidense. Estaba perdiendo 7-6 (7/5), 6-2, 3-0 cuando tiró la toalla después de dejar escapar los últimos siete juegos. “Tuve una alerta en Adelaida (antes del Abierto de Australia, nota del editor), pero se acabó. Y no he tenido ningún problema en el torneo hasta ahora. Hasta ese mal golpe de vuelta. Comenzó y solo empeoró”, agregó. Korda no sabía qué causaba este dolor y tuvo que “ver a un médico” después para saber más. Pero enfatizó que "nunca tuvo una lesión en la muñeca", excluyendo una falla crónica.
A sus 22 años jugaba sus primeros cuartos de final de un Major en Melbourne y, pese a este abandono, dijo que tenía "más cosas positivas que negativas" que sacar de este torneo. “Jugué muy bien y probablemente ningún jugador quería jugar conmigo ahora. Realmente creía en mí mismo”, dijo. En su andadura australiana, superó en tres sets al doble finalista saliente Daniil Medvedev y al número 11 del mundo, Hubert Hurkacz, tras un super tie-break en el que se mostró muy fuerte mentalmente. “Seguiré con la frente en alto y seguiré trabajando”, concluyó.