El evento, de acuerdo a los mensajes de whatsapp con la que se había convocado en la noche del jueves, había tres principales objetivos declarados: "para Eliminar a las fuerzas armadas de las calles"; "cancelar todas las leyes que se hicieron en contra de las personas"; y "convocar a una asamblea constituyente para pedir una nueva constitución". Pero es innegable que en el visor de la gente común-el presidente, Sebastián Piñera. Al final de la noche, cuando estaba claro el significado histórico de lo que estaba sucediendo y en frente de las imágenes que dieron testimonio inequívoco a la increíble proporciones de la adhesión a las protestas, el presidente Sebastián Piñera ha tweeted: "La multitud jubilosa de su mar y pacífica de los desfiles con los chilenos que pedir un Chile más justo y solidario, esto abre un gran camino del futuro y de la esperanza. Hemos entendido el mensaje". Mientras que el presidente del gobierno regional Karla Rubilar: "fue un increíble triunfo de los ciudadanos".
El multitudinaria,alegre y disfrutar de hasta marcha hoy,donde los chilenos piden un Chile más justo y solidario,abre grandes caminos de futuro y esperanza.Todos hemos escuchado el mensaje.Todos hemos cambiado su.Con unidad y ayuda de Dios,recorreremos el camino de ese Chile mejor para todos
— Sebastian Piñera (@sebastianpinera) 26 de octubre de 2019Un poco más de una semana desde la proclamación del estado de emergencia en el país y su toque de queda, la intensidad de la protesta aumentado. La impresión es que la plaza no quiere dar paso a la presidente restantes sordos a todo intento - y en estos días, compuesto de muchos - a disolver el clima político. Todo comenzó a principios de octubre con las protestas pacíficas de los estudiantes en el anuncio del aumento en el costo de los boletos del metro. Una medida que se anunció aún más ominosa: "Si desea guardar - le había dicho el ministro de economía Juan Andrés Fontaine - levantarse al amanecer y tomar el metro antes de que, fuera de las horas pico, una tasa más baja", proponiendo, en sustancia a la gente a ir a trabajar dos horas antes y regresar dos horas después, para pagar menos por el billete. Esas palabras se levantó de repente el nivel de confrontación y protestas. En contra de lo que, en los días siguientes, el gobierno decidió reaccionar con el puño de hierro, la declaración del estado de emergencia, anunció un toque de queda y corriendo que afectó al país en la misma pesadilla que había vivido en los tiempos de Pinochet.