Al menos 15 civiles murieron el sábado 4 de noviembre por "obús que cayeron sobre sus casas" en Jartum, la capital sudanesa, escenario de combates mortales entre el ejército y los paramilitares desde abril, dijo a la AFP una fuente médica. Los cuerpos de las víctimas llegaron al hospital Al Nao en Omdurman, un suburbio de Jartum, dijo esta fuente bajo condición de anonimato.
La guerra entre las fuerzas regulares leales al jefe del ejército Abdel Fattah al-Burhane y las Fuerzas de Apoyo Rápido del general Mohamed Hamdane Daglo ha dejado más de 9.000 muertos -según una cifra muy subestimada- y ha desplazado a más de 5,6 millones de personas y destruido la mayor parte de la infraestructura. Incapaces de obtener una ventaja decisiva desde el inicio de la guerra, ambos bandos están estancados, pero ninguno tiene intención de hacer concesiones en la mesa de negociaciones.
Las conversaciones entre los beligerantes se reanudaron hace unos días en la ciudad saudí de Jeddah. Su objetivo es “facilitar la entrega de ayuda humanitaria, establecer altos el fuego y otras medidas de fomento de la confianza, y avanzar hacia un cese permanente de las hostilidades”, según Riad. Los intentos anteriores de mediación sólo dieron lugar a breves treguas, todas las cuales fueron violadas sistemáticamente.