Varios cientos de personas, la mayoría enmascaradas, marcharon el jueves por la tarde en el centro de Rennes para denunciar la ley de inmigración, rompiendo varios cristales de comercios y quemando cubos de basura, según periodistas de la AFP presentes en el lugar.
Esta manifestación salvaje, convocada por varios movimientos de extrema izquierda, reunió a unas 450 personas al comienzo de la tarde, según la prefectura.
Partiendo de la plaza Sainte-Anne hacia las 20.30 horas, la procesión atravesó el centro de la ciudad detrás de una pancarta que proclamaba “ley racista, respuesta antifascista”. Los manifestantes, a menudo vestidos de negro, rompieron varios cristales de comercios e intentaron incendiar una sucursal bancaria en la plaza Hoche, según informó un periodista presente en el lugar. Una tienda de ropa del centro también fue atacada por manifestantes que rompieron la ventana y se llevaron la ropa.
Según la prefectura, también se incendiaron varios contenedores de basura. La manifestación continuó en las calles del centro de la ciudad alrededor de las 22.00 horas. Se produce unas horas después de que el Consejo Constitucional censurara en gran medida la ley de inmigración. El Gobierno anunció que se disponía a promulgar el texto "en las próximas horas" para aplicar las primeras medidas "a partir de este fin de semana". Durante la jornada, varios centenares de agricultores a bordo de un centenar de tractores se manifestaron pacíficamente frente a la prefectura de Rennes para exigir una acción rápida ante la crisis que atraviesan.