Le Figaro Burdeos
La última muerte fue hace menos de dos semanas. Desde finales de diciembre, la asociación de gatos callejeros de Mérignac ha registrado una decena de gatos enfermos en dos barrios de Mérignac. ¿Fueron envenenados por productos esparcidos en jardinería o envenenados deliberadamente? “Varias personas de Beutre y Chemin-Long nos explicaron que sus gatos habían fallecido”, afirma Véronique Laveissière, vicepresidenta de la asociación. Diarrea, insuficiencia renal o deficiencia neurológica, la mayoría de estos animales presentaban síntomas similares, haciendo sospechar que habían ingerido un producto nocivo.
De hecho, según el veterinario Nicolás Layachi, que colabora habitualmente con esta asociación, no hay rastros de virus ni de tifus, porque este último afecta principalmente a los gatitos y no a los gatos adultos que han desarrollado anticuerpos. “Las colonias de gatos siempre causan tensión entre algunos residentes locales. Y con un exceso de mortalidad de este tipo, la posibilidad de virología es aún menos frecuente”, explica este hombre que dirige una clínica veterinaria familiar en Burdeos Bacalan.
Aunque es imposible confirmar científicamente que se trata de una intoxicación porque los análisis toxicológicos de los gatos que presentan estos síntomas rara vez se realizan por falta de recursos, el veterinario ve con recelo estas diez muertes. “Podemos estimar que al menos el 50% de estos casos se deben a intoxicaciones, porque los gatos son animales extremadamente vigilantes que no comen cualquier cosa”, analiza. Según sus conclusiones, estos animales misteriosamente enfermos habrían ingerido refrigerante destinado a motores de automóviles y probablemente se habría deslizado en su agua.
En su consulta familiar, situada en Burdeos Balacan, son frecuentes los diagnósticos de gatos que presentan síntomas de intoxicación. “Hay gente que tiene como afición colocar venenos donde se alimenta a los gatos”, insiste el profesional. Preocupados, los voluntarios de gatos callejeros de Mérignac también sospechan de actos maliciosos y aconsejan a los dueños de gatos del barrio que no los dejen vagar por las calles. Contactado, el ayuntamiento de Mérignac aún no ha respondido a nuestras solicitudes.