Ayuno mortal en Kenia: pastor será juzgado por 191 “asesinatos”

AL MINUTO

Un tribunal keniano añadió el martes los cargos de "asesinato" a los de "terrorismo", "tortura" y "crueldad" contra niños, así como de "homicidio" ya presentados contra el pastor Paul Nthenge Mackenzie, tras la muerte de 429 seguidores de su evangélico secta.

Un tribunal keniano añadió el martes los cargos de "asesinato" a los de "terrorismo", "tortura" y "crueldad" contra niños, así como de "homicidio" ya presentados contra el pastor Paul Nthenge Mackenzie, tras la muerte de 429 seguidores de su evangélico secta. Esta vez será juzgado por 191 asesinatos.

El autoproclamado pastor y otros 29 acusados ​​se declararon inocentes, constató un periodista de la AFP durante su comparecencia ante un tribunal de la ciudad de Malindi, diez meses después de la revelación de este asunto que conmocionó a Kenia, un país predominantemente religioso. . Una persona fue declarada mentalmente incapaz de ser procesada, tras evaluaciones psiquiátricas.

Paul Nthenge Mackenzie ya se había declarado inocente de cargos anteriores presentados contra él, incluidos los de “facilitar la comisión de un acto terrorista”, “posesión de un artículo relacionado con un delito contemplado en la Ley de Prevención del Terrorismo”, “participación en organizaciones criminales actividad” y “radicalización” pronunciadas formalmente el 18 de enero, los de “homicidio involuntario” el 23 de enero y los de “tortura” y “crueldad” de niños el 25 de enero.

Este ex taxista convertido en pastor se encuentra en prisión preventiva desde el 14 de abril, un día después del descubrimiento de las primeras víctimas en el bosque de Shakahola (sureste de Kenia), donde se encuentra la Iglesia Internacional de la Buena Nueva que fundó en 2010. a sus seguidores ayunar hasta la muerte para “encontrarse con Jesús” antes del fin del mundo que predijo para agosto de 2023. La investigación realizada en Shakahola, una vasta zona de “matorrales” en la costa de Kenia, permitió exhumar 429 cuerpos , algunos enterrados durante varios años. Las autopsias revelaron que la mayoría de las víctimas murieron de hambre. Algunos, incluidos niños, fueron estrangulados, golpeados o asfixiados.

La revelación de este escándalo, denominado “masacre de Shakahola”, puso bajo fuego a las autoridades kenianas por no haber impedido las acciones del pastor, aunque fue arrestado en varias ocasiones por su predicación extrema. En un informe publicado en octubre, una comisión senatorial señaló “fallos” de la justicia y de la policía, alertados en 2017 y 2019. En julio, el ministro del Interior, Kithure Kindiki, estimó que “la masacre de Shakahola (fue) la peor brecha de seguridad en La historia de Kenia.

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