Le Figaro Burdeos
Golpeados en julio por una epidemia de mildiú “nunca antes vista en la memoria de los viticultores” y agobiados por dificultades de ventas hasta el punto de exigir un plan de arranque, los viticultores de Gironda están sufriendo la crisis en Burdeos. Ahora se benefician de un fondo de emergencia, creado por el gobierno, para hacer frente a “las dificultades de flujo de caja generadas por numerosos peligros”.
Esta ventana de emergencia, abierta el miércoles y que se extenderá hasta el 11 de marzo, debería permitir recoger las solicitudes de asistencia para evaluar mejor las necesidades. Objetivo: definir “una escala de compensación que será establecida por una célula que reunirá a la dirección departamental de los territorios y el mar (DDTM) y a representantes profesionales”, especifica la prefectura de Gironda.
Para poder acogerse a esta ayuda gubernamental de emergencia, aplicable hasta 2023, los viticultores podrán justificarse según dos criterios. Por un lado, acreditando una pérdida de cosecha menor o igual al 20% de su producción. O por el contrario, presentando una pérdida de facturación o excedente bruto de explotación (EBE) mayor o igual al 20%, que deberá ir acompañada de una solicitud de reordenamiento de su deuda bancaria.