el ROMA - Ese cuerpo celestre ha cambiado su cara. Los escarpes y acantilados que desaparecen y rocas apareció donde no había nada: el cometa visitado por la sonda Rosetta está al revés por los deslizamientos de tierra. Se han generado por el paso cerca del Sol, como se indica por las fotos tomadas durante la misión de la Agencia Espacial Europea (Esa) y presentado en Ginebra, en el Congreso europeo de ciencia planetaria. El cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko fue observado por la misión Rosetta, entre agosto de 2014 y septiembre de 2016 y las fotos enviadas a Ginebra fueron tomadas por el instrumento Osiris a bordo de la sonda Philae, el primero sin alas en un cometa. Una misión histórica que, a pesar del hecho de que se completó en septiembre de 2016, sigue a dar información valiosa acerca de los cometas.