El 3 de octubre de 2020, en plena tormenta Alex, la casa de una pareja de unos ochenta años quedó atrapada en medio de las embravecidas aguas del Vésubie, en el pequeño pueblo de Roquebillière (Alpes Marítimos). Desde el primer piso de la casa, donde se habían refugiado, Léopold y Josette Borello intentaron desesperadamente ser rescatados por los bomberos, agitando linternas en dirección al banco. En vano. Demasiado poderosa, la corriente finalmente se los llevó, junto con su casita de techo rojo. La escena, filmada por un periodista de Nice Matin, conmovió a toda Francia, ilustrando toda la violencia de este desastre natural.
Posteriormente se erigió una estela en memoria de la pareja en el lugar exacto donde Léopold y Josette vivieron durante medio siglo. Casi tres años después de la tragedia, la tormenta Aline la arrasó el viernes por la mañana. “No hemos podido llegar hasta allí todavía porque no podemos acercarnos más. Pero el lecho del Vésubie se hinchó en dirección a la estela. No hay duda de que fue arrasado...", lamenta Georges Corniglion, primer teniente de alcalde de Roquebillière, delegado de Seguridad.
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Como en 2020, la pequeña ciudad de apenas 2.000 habitantes no se salvó del rápido aumento del nivel del Vésubie. “Estamos viendo derrumbes de carreteras a diestro y siniestro, pero el daño principal se produce en los alrededores de la ciudad de EDF, donde el nivel del río ha aumentado más. Cerca del monumento a los caídos también empezó a ceder un pequeño trozo de dique, que ya fue arrastrado hace tres años”, explica el diputado.
Desde el jueves por la tarde, un puesto de mando comunal había sido armado en el lugar a petición del prefecto, en previsión de las emergencias previstas para el viernes, tras lo de Aline. También se trasladó a 23 personas que vivían en una zona inundada a un hotel, a casa de amigos o a una habitación del ayuntamiento. Mucho menos violenta que hace tres años, esta vez la depresión no mató ni hirió a nadie, ni en Roquebillière ni en otras partes del departamento.
