Un bufete de abogados londinense ha presentado una denuncia colectiva en nombre de 887 hinchas del Liverpool que fueron víctimas de graves incidentes en los alrededores del Stade de France al margen de la última final de la Champions League, informó este miércoles la agencia inglesa PA. La denuncia, presentada por la firma Leigh Day ante el tribunal de Liverpool y apunta a la UEFA, señalada en febrero por un informe independiente como la principal culpable de los incidentes "que casi llevan al desastre".
Otros dos bufetes de abogados, que representan a casi 2.000 simpatizantes, también anunciaron su intención de demandar a la UEFA. Leigh Day cree que al no proporcionar un entorno seguro y pacífico para los espectadores, la UEFA podría ser legalmente responsable de las lesiones o daños psicológicos que sufran los aficionados de los Reds.
Esperas interminables, aficionados y familiares rociados con gases lacrimógenos o víctimas de robos... El sistema policial durante esta final, retrasada 37 minutos y ganada por el Real Madrid (1-0), había dado lugar a escenas de caos en Saint- Denis, provocando una animada controversia en Francia e Inglaterra. La UEFA y las autoridades francesas habían señalado inicialmente con el dedo a los hinchas ingleses, acusándolos de llegar tarde al estadio y de haber presentado masivamente entradas falsificadas.
La investigación independiente había barrido estas acusaciones, denunciando la “responsabilidad principal” de la UEFA, o de la Federación Francesa de Fútbol (FFF), así como los “conceptos erróneos” de la policía francesa. A mediados de marzo, en un podcast conducido por el exjugador del Manchester United Gary Neville, el presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, reelegido el miércoles por 4 años al frente de la institución, dijo que "lamentaba" lo sucedido.
“Créanme, no hay una persona en la UEFA que no esté terriblemente arrepentida. (…) Gracias a Dios no había pasado nada dramático”, dijo. Unos días antes, la UEFA había anunciado que reembolsaría todas las entradas de los aficionados ingleses, un gesto considerado insuficiente por los tres bufetes de abogados.
