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Ovejas y cabras reclutadas para mantener un espacio natural cerca de Burdeos

Le Figaro Burdeos.

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Ovejas y cabras reclutadas para mantener un espacio natural cerca de Burdeos

Le Figaro Burdeos

Preservar las razas locales de ovejas y cabras, proteger la biodiversidad y asegurar la buena calidad del agua metropolitana. Mediante el uso del pastoreo ecológico, el municipio de Saint-Médard-en-Jalles (Gironda) pretende cumplir estos tres objetivos. Desde junio, seis ovejas de las Landas y dos cabras de los Pirineos se han instalado en el pueblo, en una superficie de aproximadamente 2 hectáreas. Su misión es sencilla: mantener este espacio verde formado por un humedal, para evitar el uso de vehículos a motor contaminantes.

El lugar elegido para esta primera experiencia local de eco-pastoreo está lejos de ser baladí. El Jalle, afluente del Garona que nace en Saint-Jean-d'Illac, atraviesa el bosque donde se asientan las cabras y las ovejas y alimenta el campo de pesca del Thil, a caballo entre los municipios girondinos de Saint-Médard y Taillan- Médoc. Un sitio de capital importancia porque proporciona aproximadamente el 28% de las necesidades de agua de Bordeaux Métropole. Para asegurar la calidad de este recurso vital, la protección de la biodiversidad es fundamental.

“Cuanto menos mantenimiento mecánico, mejor para la biodiversidad”, resume Stéphane Delpeyrat-Vincent, alcalde (Génération.s) de Saint-Médard-en-Jalles, el municipio más grande de la metrópolis de Burdeos (85 km²). , tres cuartas partes cubiertas de espacios verdes. “Cuando siegas, matas todo lo que lleva”, recuerda el concejal. Porque la hierba alta es hogar de muchos insectos y animales, que a su vez sirven de alimento a pájaros o mamíferos, que cada vez están menos presentes. “Ya no tenemos golondrinas y murciélagos porque ya no tenemos insectos”, lamenta el alcalde. Regresar a esta práctica ancestral tiene pues muchas ventajas.

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Dentro de un vasto espacio delimitado por barreras, los animales son libres y crean sus propios caminos. Las ovejas atacan la hierba alta y las cabras prefieren la maleza, como las zarzas. Su presencia es mucho menos "brutal" que la de un dispositivo mecánico, que permite que los insectos se adapten y tengan tiempo para moverse, explica Valentin Désiré, director de transición ecológica y desarrollo sostenible del ayuntamiento de Saint-Medard. Los servicios de la ciudad monitorearán la biodiversidad durante varios meses, antes de posiblemente trasladar a los animales a otro lugar, o incluso asentar a algunos de ellos de forma permanente.

Las bestias escogidas también cumplen otra función. Las cabras y ovejas presentes en Saint-Médard provienen del Conservatoire des races d'Aquitaine, una asociación que trabaja "para salvaguardar, mantener y promover razas y variedades de ganado al servicio de una economía local y sostenible". Su presidente, Régis Ribéreau-Gayon, recuerda que estas razas son “muy versátiles, porque históricamente ese era su papel”.

“Son razas de granja, que han adquirido especificidades ya las que se les pueden pedir varias cosas”, a diferencia de las razas de cría actuales, que son mucho menos polivalentes. Si la asociación es pionera en el ecopastoreo, esta forma de mantenimiento de los espacios naturales permite sobre todo revivir viejas razas encontrando en ellas una nueva utilidad y "razón de supervivencia", para que "la historia nos ayude a hacer futuro". proyectos”, espera Régis Ribéreau-Gayon, porque estas especies locales son más “resistentes” y, por lo tanto, “mejor equipadas para hacer frente a desarrollos como el cambio climático”.

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La asociación, que conserva una veintena de razas de ovejas, cabras y también bovinos, como la vaca marina de las Landas, ya está presente en otros lugares de la ciudad, como en el parque de Bourran, en Mérignac, donde cinco ovejas de las Landas solían cortar el césped el verano pasado. Sin embargo, el experimento realizado en Saint-Médard-en-Jalles es de mayor escala, porque es un espacio cerrado al público, donde los animales podrían instalarse permanentemente. "Es un verdadero valor añadido", se regocija Régis Ribéreau-Gayon, quien considera que estos seis animales son sólo "los primeros eslabones".

La ciudad parece compartir esta ambición, con la esperanza de expandir eventualmente la manada de animales puestos a disposición por el Conservatoire des races d'Aquitaine. Se han preidentificado varias parcelas en el municipio para practicar el ecopastoreo, ya sea en el corazón de urbanizaciones, de difícil acceso con equipos mecánicos, o en otro humedal. “Vamos a expandirnos poco a poco, donde tenga sentido”, confiesa Valentin Désiré.

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