Los violentos enfrentamientos entre manifestantes y gendarmes en Sainte-Soline provocaron inevitablemente daños colaterales. Un fotógrafo de Sud Ouest, que cubría la manifestación cerca de la cuenca de Deux-Sèvres, fue alcanzado por piedras y cócteles molotov, anuncia el diario regional. Con estos objetos incendiarios fueron quemados cinco vehículos de la gendarmería.
El hombre sufrió heridas en la cabeza y quemaduras en las manos. El periódico publicó una foto de su colaborador, con el rostro ensangrentado, un grueso vendaje alrededor del cráneo y una mano también vendada. Otro periodista de Sud Ouest sufrió quemaduras leves en la cara.
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Estos violentos enfrentamientos dejaron numerosos heridos entre los gendarmes y los manifestantes, según Gérald Darmanin y testimonios recogidos por AFP. El ministro del Interior denunció la "inexcusable" violencia de la "extrema izquierda" que hirió a 24 gendarmes y siete entre los manifestantes, según un informe provisional. Pero los organizadores evocan un balance mucho más pesado, con una persona entre la vida y la muerte, información no confirmada de inmediato.
Según uno de los organizadores de la manifestación en Sainte-Soline, el movimiento ecologista de los Levantamientos de la Tierra, los enfrentamientos dejaron "varias decenas de heridos graves" entre los manifestantes, tres de los cuales fueron rescatados en "emergencia vital". Según la diputada de LFI por Haute-Vienne Manon Meunier, entrevistada en el lugar por AFP, dos heridos tendrían comprometido su pronóstico vital, información no confirmada por las autoridades.
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“Vi al menos 30 heridos pero hay más. Algunos habían perdido el conocimiento, otros tenían sangre en la cabeza. Muchos heridos en los pies y en la cabeza”, había indicado antes Claire Auger, profesora que les llevó ayuda. “El Samu no pudo recogerlos. Solo vimos una ambulancia. Les pedimos a los funcionarios electos que hicieran algo. Fue pánico total, duró más de una hora antes de que empezara a evacuar”, agregó este testigo.
