Un juez libanés ordenó este lunes la incautación provisional de los activos del gobernador de Banque du Liban (BDL), Riad Salamé, sospechoso de haberlos adquirido de forma fraudulenta, a la espera de los resultados de una investigación local, dijo a la AFP un funcionario judicial. En el cargo desde 1993, Riad Salamé es objeto de investigaciones en Europa y Líbano, sospechoso de malversación masiva de fondos públicos libaneses y de haber acumulado un rico patrimonio inmobiliario y bancario. Su mandato finaliza a finales de julio.
“El juez Gabi Chahine ordenó la incautación provisional de bienes del gobernador de la BDL”, dijo el funcionario judicial, bajo condición de anonimato. “La incautación incluye inmuebles de lujo y apartamentos pertenecientes al gobernador en Beirut, Monte Líbano y Batroun (norte), además de varios coches”, según esta fuente. En el Líbano, Riad Salamé está siendo objeto de una investigación sobre su patrimonio. El funcionario judicial destacó que la incautación fue una medida "provisional", a la espera de los resultados de esta investigación. En caso de condena durante un posible juicio, "entonces la propiedad será confiscada, valorada y subastada en beneficio del tesoro público libanés", agregó. En caso contrario, se levantará el embargo.
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En Francia, el Tribunal de Apelación de París confirmó a principios de julio las 12 incautaciones por valor de decenas de millones de euros realizadas por Francia sobre los activos inmobiliarios y bancarios en Europa de Riad Salamé. De hecho, el jefe de la BDL es objeto de dos órdenes de arresto emitidas por Francia y Alemania, a través de una notificación roja de Interpol, pero el Líbano se niega a extraditar a sus ciudadanos. Tras recibir la notificación roja, la justicia libanesa le prohibió salir del territorio y le confiscó los pasaportes libanés y francés.
En marzo de 2022, Francia, Alemania y Luxemburgo congelaron 120 millones de euros en activos libaneses sospechosos de pertenecer a Riad Salamé. Manteniendo buenas relaciones con la clase política, Riad Salamé también es acusado por sus detractores de corrupción y de ser uno de los principales responsables de la grave crisis financiera que golpea al Líbano desde el otoño de 2019.
