"Los logros democráticos desde 2011 en Túnez no deben perderse", advirtió el viernes la ministra de Relaciones Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, luego de que el jueves se ordenara arrestar a su oponente Rached Ghannouchi. Preguntada en rueda de prensa en Berlín, la jefa de la diplomacia alemana expresó "su mayor preocupación" por la suerte del líder del partido islamoconservador Ennahdha, principal opositor del presidente Kais Saied en Túnez.
Los ministros de Asuntos Exteriores de la UE continúan siguiendo de cerca la situación y "transmitimos nuestras preocupaciones a Túnez", añadió. Reconociendo que Túnez se encontraba en una situación difícil tanto económica como socialmente, la Sra. Baerbock dijo: "no queremos, como europeos, dejar sola a la población tunecina".
Según ella, es fundamental que se finalice el programa de ayuda entre Túnez y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Túnez, endeudado en torno al 80% de su PIB, obtuvo a mediados de octubre un acuerdo de principio del FMI para un nuevo préstamo de casi 2.000 millones de dólares, con el fin de ayudarle a superar su grave crisis financiera. Pero las conversaciones están estancadas, debido a la falta de un compromiso firme de Túnez para reestructurar las más de 100 empresas públicas fuertemente endeudadas y levantar los subsidios a ciertos productos básicos.
