Al final habrá que trasladar la estatua de la Virgen. Después de varios años de enfrentamiento judicial, el Consejo de Estado finalmente rechazó, el miércoles 18 de octubre, el recurso del municipio de La Flotte-en-Ré (Charente-Maritime) que solicitaba la suspensión de la ejecución para la retirada de la estatua.
Destruida en 2020 por un automovilista, la estatua fue reproducida y erigida en la entrada sur de la ciudad. Una decisión que provocó indignación: la asociación Fédération de la Libre-Pensee de la Charente-Maritime, entre otras, consideró que un edificio de este tipo no podía construirse en un espacio público.
La asociación, que se define a sí misma como una organización “filosófica”, ganó el caso en primera instancia y también en apelación. La ley de 1905 prohíbe, de hecho, “la instalación de cualquier insignia religiosa en los bienes públicos”. El alcalde de La Flotte-en-Ré, Jean-Paul Hérudeau, consideró, por su parte, que la estatua de la Virgen representa "nuestra historia, nuestro patrimonio".
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Al no admitir la derrota, el concejal pidió al Consejo de Estado la suspensión de la ejecución. Sin embargo, el máximo tribunal administrativo confirmó la jurisprudencia al respecto. Por lo tanto, la estatua religiosa deberá trasladarse a un lugar privado.
El alcalde aseguró que respetaría esta decisión. “Tenemos que ser razonables, tomo nota de la decisión. La estatua de la Virgen será desmantelada en los próximos días”, declaró a Le Parisien. El concejal también confirmó que renunciaba a recurrir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH). “El árbitro pitó el final del partido. Había que llegar hasta el final, no tengo ningún remordimiento ni arrepentimiento”, concluyó.