Dos condenados a muerte esperan su ejecución el jueves 16 de noviembre en Alabama y Texas, en el sur de Estados Unidos.

Casey McWhorter, de 49 años, fue condenado a muerte en 1994 por matar a tiros el año anterior al padre de su amigo, Edward Lee Williams, a quien encontraron saqueando su casa junto con un tercer adolescente. Casey McWhorter tenía 18 años en el momento del incidente y los otros dos tenían 16 y 15 años. Fue condenado a muerte por diez votos contra dos de los miembros del jurado. Alabama es, junto con la vecina Florida (sureste), uno de los dos únicos estados donde no se requiere la unanimidad del jurado para imponer la pena de muerte.

En Texas, David Rentería, de 53 años, debe ser ejecutado por el secuestro en 2001 frente a un hipermercado y luego por el asesinato de una niña de cinco años, Alexandra Flores. Afirma haber sido obligado por una banda bajo amenaza a secuestrar a la pequeña y niega ser el asesino. En 2023, ya se han llevado a cabo 21 ejecuciones en Estados Unidos, incluidas siete en Texas y una en Alabama, todas ellas realizadas mediante inyección letal.

Alabama ha anunciado planes para ejecutar a un convicto, Kenneth Smith, en enero de 2024, mediante inhalación de nitrógeno, lo que sería una primicia mundial. En este tipo de ejecución, la muerte es causada por hipoxia (agotamiento de oxígeno).