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En París, una marcha “por la justicia” marcada por la violencia contra las fuerzas policiales

Reunidas detrás de grandes pancartas que denunciaban la violencia policial, 9.

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En París, una marcha “por la justicia” marcada por la violencia contra las fuerzas policiales

Reunidas detrás de grandes pancartas que denunciaban la violencia policial, 9.000 personas - según la jefatura de policía de París - marcharon en la capital este sábado por la tarde. Con pancartas en mano, los manifestantes corearon numerosas consignas que hacían eco de tragedias recientes como la muerte de Nahel, una adolescente de 17 años asesinada a tiros por la policía tras negarse a obedecer. “Policía en todas partes, justicia en ninguna parte”, “sin justicia no hay paz”, martillaron por megáfono los familiares de las víctimas, encaramados en una furgoneta blanca que guiaba a la multitud.

“La policía es asesina porque Gérald Darmanin da derecho a matar”, dijo furioso el padre de Cédric Chouviat ante el micrófono. El 3 de enero de 2020, este repartidor fue inmovilizado en el suelo con su casco de motociclista en la cabeza durante un control policial en París, lo que le provocó un infarto y su muerte dos días después. “¿Por qué desapareció tan injustamente un papá tan generoso?”, proclamó entre lágrimas Sofía, la hija de la víctima. La policía está creando una “brecha con la población que ya no confía en ella”, declaró la diputada del LFI Mathilde Panot, presente en la movilización junto a decenas de organizaciones, entre ellas colectivos de los barrios populares, ONG (Attac, Latest renovador, Amigos de la Tierra...), y partidos como el NPA (Nuevo Partido Anticapitalista) y la EELV.

Con el puño en alto, Matar, un estudiante de 19 años, quiso participar en esta marcha porque, en la ciudad donde vive, en Poissy, en Yvelines, es testigo habitual de la violencia policial, afirma. “Vi a jóvenes tirados al suelo por nada y sometidos a comentarios racistas. No confío en la policía, es autoritaria y brutal”, dice el niño. Un poco más adelante en la marcha, un activista de 42 años quiere ser más mesurado. “Sabemos muy bien que toda la institución policial no tiene fallas, que hay una mayoría de gente buena. Pero el problema es la impunidad que reina allí. Cuando un policía se porta mal, está cubierto por su jerarquía”, quiere creer, blandiendo su cartel: “IGPN / Policía Nacional General Impunidad”.

Avanzando tranquilamente por la arteria que une la Estación del Norte con la Puerta de Clichy, los participantes observaron los cordones de los CRS. Bajo abucheos y lemas "todo el mundo odia a la policía", la policía se mantuvo estoica hasta los primeros incendios de basura que estallaron al margen de la manifestación. Se lanzó una carga para hacer retroceder a los pocos alborotadores vestidos de negro de pies a cabeza. Poco después, un coche de policía atrapado en el tráfico fue apedreado y atacado "con una barra de hierro", informó la jefatura de policía de París.

Uno de los agentes tuvo que salir brevemente, arma en mano, para mantener a raya a los atacantes antes de que interviniera el Brav-M, esta controvertida unidad de policía en motocicleta. Durante este ataque, tres de los cuatro policías presentes en el coche resultaron levemente heridos, informa Le Figaro, la jefatura de policía de París, que precisa haber identificado a 1.500 elementos radicales en la manifestación. Algunos de ellos también atacaron sucursales bancarias, una caja de ahorros y un BNP Paribas, rompiendo sus ventanas, señaló Le Figaro. "Vemos a dónde lleva el odio contra la policía", lamentó Gérald Darmanin en X (antiguo Twitter), denunciando una "violencia inaceptable".

A pesar de estos pocos excesos, que provocaron tres detenciones, la manifestación terminó con una nota feliz. Al llegar a la plaza de Clichy, la comitiva se mezcló con los irlandeses que habían venido a seguir la Copa del Mundo de Rugby en los bares de la capital. Bebiendo cerveza en las aceras, los aficionados vestidos de verde respondieron a las peticiones de los manifestantes y también cantaron, en un francés entrecortado, la canción que venía de los estadios y que se retoma habitualmente en las manifestaciones: “Estamos ahí, estamos Allí, aunque Macron no quiera, ¡aquí estamos!”.

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