El Papa Francisco dijo el domingo que estaba "feliz" de partir el jueves hacia Mongolia, un país predominantemente budista, para encontrarse con "un pueblo noble y sabio" y visitar una "Iglesia pequeña en número pero dinámica en la fe". "Esta es una visita muy deseada", dijo después de rezar el Ángelus dominical en público desde el balcón del Palacio Apostólico con vistas a la Plaza de San Pedro.
Este viaje "al corazón de Asia", que finalizará el 4 de septiembre, será una oportunidad "para conocer de cerca a un pueblo noble, sabio, con una gran tradición religiosa", afirmó.
Mongolia, antiguo satélite de la Unión Soviética convertida en democracia en 1992, tiene una de las comunidades católicas más pequeñas del mundo, estimada en unos 1.450 miembros sobre un total de unos tres millones de habitantes.
Dirigiéndose directamente a los mongoles, el Papa dijo: “Agradezco a sus autoridades por su cortés invitación, así como a quienes preparan mi visita con celo”.
Este viaje será sin duda una manera para que el Papa se acerque a sus dos grandes vecinos, Rusia y China.
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El largo viaje, que incluye un vuelo de nueve horas desde Roma hasta Ulán Bator, capital de Mongolia, será también una prueba para la salud del pontífice de 86 años, que en junio fue sometido a una importante operación abdominal bajo anestesia general y con dificultades para caminar. .
