Un empleado de la Universidad de El Cairo fue asesinado a tiros por un colega rechazado, anunció el Ministerio del Interior egipcio la noche del miércoles 27 de septiembre, un nuevo caso de homicidio contra una mujer en el país árabe más poblado. "Un empleado de una de las facultades de la Universidad de El Cairo" "disparó" contra una de sus compañeras, "provocándole la muerte", detalla el comunicado de prensa de la policía.
Y cuando las autoridades echaron mano al sospechoso en Marsa Matrouh, 450 kilómetros al oeste de la capital, "se suicidó disparándose con la misma arma" que utilizó para matar a la víctima. Según el periódico estatal Al-Ahram, la víctima, identificada sólo por su nombre de pila, Nourhane, supuestamente rechazó una propuesta de matrimonio de su colega Ahmed, que la estaba acosando. El sospechoso ya había sido detenido por "prender fuego al coche de la víctima hace cinco años y amenazarla con SMS", según el periódico.
La víspera, la prensa local anunció el asesinato de una mujer por su ex prometido cuando salía de su trabajo en el elegante barrio de Heliópolis, en el este de El Cairo. En 2022, varios asesinatos de mujeres fueron muy publicitados en el país donde, ese mismo año, según la ONG Idrak, fueron asesinadas 301 mujeres o niñas. A finales de junio, el asesino de un estudiante que rechazó sus insinuaciones fue condenado a muerte. El mismo día los tribunales anunciaron el asesinato de una presentadora de televisión a manos de su marido magistrado.
Dos meses después, este juez también fue condenado a muerte, mientras un tribunal pedía la retransmisión en directo por televisión de las ejecuciones de los autores de homicidios de mujeres para “disuadir al mayor número de personas posible”. El asesinato se castiga con la muerte en Egipto, que llevó a cabo el cuarto mayor número de ejecuciones del mundo en 2022 según Amnistía Internacional. En Egipto, aunque las mujeres votan desde 1956, siguen sujetas a una legislación patriarcal centenaria y son las primeras víctimas, según las feministas, de la expansión de un Islam rigorista asociado con el arraigo del conservadurismo.
En las redes sociales, los egipcios expresaron su frustración: "¿Hasta cuándo las mujeres tendrán que pagar con sus vidas por decir no?", se preguntó la iniciativa educativa Speak Up.
