El expresidente brasileño Jair Bolsonaro dijo este miércoles tras ser interrogado por la policía que nunca había discutido con un senador un "plan" para impedir la llegada al poder de su sucesor Lula tras la elección de este último.
“Nunca hubo un plan”, aseguró el expresidente ultraderechista a los periodistas, luego de pasar tres horas en la sede de la Policía Federal (PF) en Brasilia. Audicionó el miércoles por cuarta vez en poco más de tres meses.
Esta vez, la audiencia se centró en los comentarios de un senador de derecha, Marcos do Val, quien había mencionado una reunión en febrero con Jair Bolsonaro durante la cual se habló de un plan para evitar que Luiz Inacio Lula da Silva ascienda a la presidencia. Ese encuentro habría ocurrido según él en diciembre, después de la victoria en la segunda vuelta de Lula en las elecciones presidenciales de octubre. Jair Bolsonaro todavía era jefe de Estado en ese momento, hasta la toma de posesión del presidente de izquierda el 1 de enero. Este senador, exaliado del exmandatario ultraderechista, dijo que le habían encomendado durante este encuentro la misión de grabar en secreto una conversación con el presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE), Alexandre de Moraes, el motivo favorito de bolsonaristas. Según él, la idea era tratar de incriminarlo con comentarios comprometedores y así poner en duda las elecciones de octubre en las que Lula ganó por una mínima ventaja sobre el titular (50,9% contra 49,1%).
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Marcos do Val le dijo inicialmente a la revista Veja que Jair Bolsonaro le presentó este plan. Luego cambió su versión, diciendo que el expresidente se había mantenido “en silencio” durante la reunión y que la idea se la había presentado un diputado de extrema derecha. El miércoles, Jair Bolsonaro confirmó haberse reunido con el senador “durante unos 20 minutos” el 8 de diciembre, pero negó categóricamente cualquier intento de golpe. “Nada de esto fue procesado, no había ningún plan que consistiría en grabar (una conversación con) Alexandre de Moraes”, dijo. El 5 de abril, Jair Bolsonaro había sido audicionado por primera vez por la PF sobre una caja de joyas ofrecidas por Arabia Saudita, algunas de las cuales habrían ingresado ilegalmente a Brasil. El 26 de abril, negó cualquier participación en los disturbios del 8 de enero en Brasilia, cuando personas que se negaron a reconocer la elección de Lula saquearon lugares de poder.
En mayo, fue escuchado como parte de una investigación sobre la supuesta falsificación de certificados de vacunación contra el Covid-19. A finales de junio, el expresidente fue condenado a ocho años de inhabilitación por el TSE, por haber entregado desinformación antes de su derrota en octubre.
