¿Signo de apertura o simple negocio? Las autoridades talibanes instalaron una taquilla al pie de la más grande de las dos estatuas de Buda, en el sitio de Bamiyán, según The Washington Post. La visita se cobra 58 céntimos a los afganos y 3,45 dólares a los extranjeros. En 2001, los talibanes destruyeron estas dos estatuas con explosivos y armas antiaéreas, considerándolas falsos dioses, a pesar de las protestas de la comunidad internacional. Estos dos budas monumentales tenían 38 y 55 metros de altura. Solo quedan visibles las excavaciones del acantilado en el que fueron talladas.
Los talibanes presentan esta iniciativa como prueba de la apertura de su régimen, al que muestran como más tolerante que el del periodo 1996-2001. El viceministro de cultura de los talibanes, Atiqullah Azizi, reafirmó recientemente la importancia que cree que tiene el sitio de Bamiyán para el gobierno. Agregó que se han asignado más de 1.000 guardias para proteger el patrimonio cultural en Afganistán, para restringir el acceso a los sitios y supervisar la venta de entradas. Una decisión que no gana el apoyo de todos los funcionarios talibanes, como el gobernador de la provincia de Bamiyán, Abdullah Srahadi, para quien los turistas deben ser dirigidos a otros sitios como prioridad.
Las autoridades consideran los restos del sitio como una fuente potencial de ingresos y desean atraer turistas allí. El año pasado, 200.000 turistas visitaron la provincia, según Saifurrahman Mohammadi, director de información y cultura del gobierno regional talibán, quien dijo que podría mejorar el nivel de vida de los residentes. En esta región, que es una de las más pobres del país, la población vive de la minería del carbón y de la agricultura de subsistencia. La economía del país continúa deteriorándose, en particular debido a las sanciones internacionales y los recortes en la ayuda humanitaria.
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El gobierno también espera el regreso de los arqueólogos que vaciaron las instalaciones después de que los talibanes regresaran al poder en agosto de 2021. La UNESCO ha reanudado recientemente los trabajos para conservar y asegurar los caminos, lo que podría presagiar el regreso de algunos arqueólogos desconocidos.
