Alemania, en fase de rearme desde la invasión rusa de Ucrania, aprobó el jueves 28 de septiembre la compra a Israel del sistema de defensa antimisiles Arrow-3, un acuerdo "histórico" que también debería contribuir a proteger los cielos europeos. El sistema Arrow, que se espera sea entregado en 2025, “preparará la defensa aérea alemana para el futuro”, dijo el ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, en la firma del acuerdo comercial en Berlín con su homólogo israelí, Yoav Gallant. "Es, sin exagerar, un día histórico para nuestras dos naciones", dijo Pistorius.
Israel había presentado este contrato, por un valor estimado de 3.500 millones de dólares, como “el mayor jamás firmado” por Israel, del cual la industria de defensa es un sector emblemático. Este acuerdo es "conmovedor para todos los judíos", ya que se produce "sólo 80 años después del fin de la Segunda Guerra Mundial" y de la "tragedia del Holocausto", declaró por su parte Gallant. El sistema Arrow es desarrollado y fabricado por Israel Aerospace Industries (IAI) en colaboración con el fabricante de aviones estadounidense Boeing. Arrow-3, el nivel superior de este dispositivo antimisiles, está destinado a interceptar vehículos sobre la atmósfera con un alcance de hasta 2.400 km.
Por tanto, esta arma tiene un alcance significativamente mayor que el del sistema de defensa aérea Patriot estadounidense y el sistema IRIS-T utilizados hasta ahora en Alemania. Berlín planea añadir el dispositivo Arrow a estos dos sistemas para formar su proyecto europeo de escudo antimisiles, lanzado por Olaf Scholz tras el inicio de la invasión rusa en Ucrania. Esta iniciativa ha reunido hasta ahora a 19 países, pero no a Polonia, Italia o Francia, este último partidario de otro enfoque estratégico e industrial basado en los equipamientos europeos.
Con Arrow-3, "Israel hace una contribución muy importante a nuestra seguridad en Alemania, a nuestra seguridad en Europa, a la seguridad de nuestro espacio aéreo", lo cual es importante "en la actual situación de amenaza", insistió Pistorius. Desde principios de 2022, Alemania se ha embarcado en un punto de inflexión histórico después de varias décadas de subinversión en su defensa, comprometiendo un fondo de 100 mil millones de euros para el ejército alemán. Una vez agotado este fondo, los esfuerzos presupuestarios tendrán que continuar si Berlín quiere dedicar el 2% de su PIB a defensa, como las grandes potencias de la OTAN.
